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domingo, 18 de octubre de 2009

en solidaridad con el SME

LA PENSIÓN INSTITUCIONAL DE LOS EJIDATARIOS EN 2001, Y LOS APOYOS A DAMNIFICADO DEL HURACÁN ISIDORO EN 2002

EL TRABAJO SOLIDARIO DEL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS

Jesús Solís Alpuche.

Muy pocos ejidatarios yucatecos saben el origen de su pensión institucional. Sobre todo porque en nuestro país, son extremadamente mínimo el número de campesinos que tuvo la oportunidad de acceder a los derechos y servicios que presta el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Los campesinos henequeneros accedieron a este derecho como productores de henequén, la fibra materia prima de la industria, que sus procesos de desarrollo tecnológico también así contemplaba como derecho en la ley, que al apoderarse los neoliberales del poder, se encargaron de liquidar por ser más barata la producción de fibra sintética que la producción de fibra de henequén.

El 6 de enero de 1992, Carlos Salinas de Gortari como presidente y Víctor Cervera Pacheco como Secretario de la Reforma Agraria, impusieron desde el congreso priista, una contra-reforma en materia agraria que afectó a más de 10 millones de ejidatarios en todo el país, al implementar el Programa de Certificación Ejidal (Procede) para abolir el derecho de propiedad inalienable, inembargable, intransferible e imprescriptible de las tierras de manos de la comunidades, para su privatización inminente. En Yucatán, la ejecución de este despojo estuvo a cargo de la gobernadora Dulce María Sauri, y también de los derechos al Seguro Social y a las pensiones que tenían como derecho más de 30 mil campesinos hequeneros.

En todo el Estado 8,190 ejidatarios henequeneros, mayores de 60 años fueron pensionados y otros 9, 710 mayores de 50 años fueron “prejubilados” por el gobierno del Estado. Otras más de 10,000, fueron indemnizados, según su edad.

Pero había una desviación: los pensionados que por edad avanzada tenían derecho cuando menos a un salario mínimo vigente en el D.F., conforme al artículo 170, de la Ley del IMSS, Sección Sexta que refiere a la Pensión Garantizada con los requisitos señalados en los artículo 154 y 162, (que aún no se habían cambiado) sólo se les pagaba el 40 % de ese salario mínimo, o sea unos 345pesos, (mientras que a los prejubilados, a cargo del gobierno del Estado) les daban el 20 % o sea unos 120 pesos. Nadie sabe donde estaban los priistas y panistas que en campañas electorales siempre acosan a los campesinos para que les den sus votos, porque de esta injusticia nadie decía nada ya que estaba fundada en la indolencia política que priva en el campo.

Durante más de 7 años el IMSS, en complicidad con el gobierno federal y estatal, y los partidos políticos, le escamotearon, por no decir que le robaron, a cerca de 10 mil campesinos yucatecos más de la mitad mensual de su pensión.

Hasta que los días 3 y 4 de noviembre del 2001, con el apoyo y orientación del Sindicato Mexicano de Electricista, (SME) en el que militan más de 20 mil jubilados de la empresa Luz y Fuerza del Centro, hoy golpeada brutalmente por el gobierno federal y la telebasura, con motivo del primer foro de la Convención Nacional de Jubilados y Pensionados, se denunció abiertamente esta injusticia; que firmada despues, en un documento por sindicalistas del Inah, la Uach, del Suterm, el Cinvestab, cooperativa, Chac Lol, SSS Chan Tza Can y el FZLN se presentó en el Congreso de la Unión para que se rectificara el pago conforme a lo establecido en la ley.

El 1º. De enero del 2002 los ejidatarios henequeneros pensionados por el IMSS empezaron a recibir su pensión justa de más de mil pesos entonces. Muy pocos saben cómo se libró esta batalla gracias al SME que todo el tiempo ha impulsado la defensa de la justicia social entre los trabajadores. Los panistas engañando como siempre a los pobres le decían que gracias a su presidente Fox ahora les pagaban más. Los priistas de la CNC, hacían su propia labor abusando de la inocencia, incluso con volantes entre los que no saben leer. El SME, que se movilizó en los altos niveles, nunca cacareó sus luchas a favor de los ejidatarios yucatecos.

En nuestro país, el pago del trabajo siempre ha estado sujeto a la Comisión de Salarios Mínimos, que ahora se ha hecho obsoleta. Solo un gobierno como el que tenemos impuesto en México puede pensar que se pueda vivir con un salario de 60 pesos. De esta manera hoy, es como han acabado con la jornada de 8 horas establecida en la ley. Porque, ahora a nadie le conviene trabajar sólo 8 horas por 60 pesos, no podría vivir. Así es como la patronal obliga a trabajar horas extras, para que el obrero u obrera, pueda llevar un poco más del salario mínimo a su casa.

El Sindicato Mexicano de Electricistas es un sindicato clasista, comprometido con la clase trabajadora, La Empresa Eléctrica Luz y Fuerza del Centro, es una empresa paraestatal o descentralizada que el propio gobierno dejó que se hunda desde hace mucho tiempo, porque no puede controlas a más de 40 mil trabajadores activos y más de 20 mil jubilados que mantienen su conciencia solidaria de clase, con todos los pueblos y trabajadores del país. El gobierno está pagando millones de millones de pesos a la telebasura para que desprestigien al SME, a Luz Y Fuerza del Centro, y a todo el movimiento social como si fueran la misma cosa. Telebasura y el gobierno dicen que no están contra el sindicalismo, pero al que protegen el sindicalismo charro e incondicional, no al que defiende los intereses del pueblo trabajador. chantzacan@hotmail.com





LA PENSIÓN INSTITUCIONAL DE LOS EJIDATARIOS EN 2001, Y LOS APOYOS A DAMNIFICADO DEL HURACÁN ISIDORO EN 2002

EL TRABAJO SOLIDARIO DEL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS (II)

Jesús Solís Alpuche.

En octubre del 2002, el huracán Isidoro vino a evidenciar los niveles de calidad en que los gobiernos tenían a una de las empresas más importantes del país, con cuyo pretexto de ineficiencia, aunque digan que no, quieren privatizarla, porque está en su proyecto y del Banco Mundial y por el peligro que representa para el proyecto neoliberal, una base laboral solidaria y responsable.

Pero también a partir de los severos daños que Isidoro nos dejó en la Península, los trabajadores electricistas, del SME, tuvieron la oportunidad única de venir a Yucatán y demostrar su extraordinaria capacidad solidaria, sobre todo entre los más pobres de nuestro Estado, donde Isidoro también exhibió los niveles de profunda injusticia social en que se puede vivir en un Estado como el nuestro, donde la gente es pasiva y conformada con facilidad.

Los trabajadores electricistas fueron enviados del Centro a resolver la emergencia y no sólo cumplieron con su trabajo, fundamentalmente básico para iniciar rápidamente la evaluación de los daños y posibles formas de resarcirlos, sino que la dirección del propio sindicato, por medio de la Sección de Jubilados, gestionó ante la subdirección de recursos humanos y la gerencia de prestaciones a jubilados de la empresa Luz y Fuerza del Centro, el pase de dos vehículos México-Mérida, con más de 20 toneladas de víveres contenidos en dos mil despensas que transportaron a cargo de los CC Edmundo Garza Fragoso y Ernesto Brambila Raigoza.

Los víveres fueron distribuidos por los propios jubilados electricistas en pequeñas poblaciones afectas en el norte del Estado, los días 19, 20 y 21 de octubre del 2002, donde hasta ese día el gobierno de Patrón Laviada se le había olvidado llegar con los apoyos básicos ni para la reparación de la vivienda: En Dzilam, Dzidzantún, Telchac, Sinanché y otros del norte se han de recordar de este servicio solidario que nunca se publicitó.

Así era la enseñanza de los jubilados electricistas del SME, modesta pero enriquecedora, porque a pesar que las autoridades se negaron a facilitar y apoyar la actividad de participación ciudadana en la distribución del apoyo humanitario, entre los más afectados, su acción en aquellos lugares, tan lejos de sus hogares, suscribía ideales de solidaridad y ayuda mutua que liberan, de la esperanza fatua, los criterios de dependencia a la suministración oficial. Los sindicalistas jubilados del SME cotizaron, gestionaron y participaron el distribución directa del recurso en los lugares y con quienes vieron que con urgencia lo necesitaban.

Mientras en amplios sectores del gobierno y los partidos, hasta hoy, con estas desgracias y los recursos de emergencia se sigue tratando de llevar agua al molino electoral, los jubilados del SME y otras organizaciones altruistas, nos dieron lecciones dignas de recordar.

En ese tiempo la Sección de Jubilados del SME contaba con más de 15 mil ex trabajadores, que conservan el régimen de participación sindical, lo mismo que los activos en Luz Y Fuerza del Centro. Para entender la extraordinaria tradición del SME, que posibilita a sus agremiados una visión clara de la solidaridad de clase, habría que acudir a la historia de esta organización, y sus ligas, con el proceso de desarrollo de las relaciones productivas y el devenir de las ideologías de las clases sociales del siglo XIX , desde la perspectiva de la clase trabajadora.

El SME nace en diciembre de 1914 en el momento en que a pesar de la revolución mexicana, se amaciza el capitalismo en nuestro país. Desde sus inicios se enfrentó a la patronal de la Mexican Light Power Company (Compañía de Fuerza Motriz SA,a la que se le concesionó el servicio eléctrico en el centro del país durante el porfiriato) En el escenario hostil preconstitucional los trabajadores electricistas practican la autonomía con espíritu solidario, apoyando y buscando apoyo entre otras organizaciones fraternas, dejando a tras a las sociedades mutualistas y cooperativistas dependientes del sistema, encontrando en los sindicatos la nueva expresión de identidad para la defensa de los intereses comunes del pueblo trabajador.

De 1917 a 1952, período del Estado rector Benefactor, el SME tiene un estancamiento, sobre todo en el momento en que las políticas nacionalistas salvaguardan la estabilidad nacional. En 1960 el SME tiene un resurgimiento que con la revisión del Estatuto favorecieron la organización que logró aumentar la planilla de trabajadores. El 27 de septiembre de ese año López Mateo decreta la nacionalización de la Industria Electrica promovida por miles de electricistas sin darse cuenta del compromiso que adquirían con las empresas estatales, que de igual manera que las privadas, son vehículos de explotación y sometimiento para los trabajadores.

Desde entonces con vida propia el SME se opone a las privatizaciones, de la industria eléctrica, por tratarse de empresas estratégicas. Está claro que el ataque al SME es un golpe a todas las luchas sociales del país, es un ataque a todas las organizaciones sociales y dirigentes que se consideren independientes. No a los líderes como Elba Esther Gordillo, que entrega a sus agremiados, es un ataque a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que trabajan por un cambio pacífico y verdadero en México. No nos dejemos engañar por la telebasura y otros medios al servicio de la oligarquía. chantzacan@hotmail.com

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